jueves, 17 de octubre de 2024

La triste entropía de la UE

La UE se metamofosea en la máquina de guerra financiera de la OTAN

Por Finian Cunningham                                                                             24-Sep-24

FUENTE: https://strategic-culture.su/news/2024/09/24/european-union-morphs-into-natos-financial-war-machine/

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo aparece como texto simple en el original.

 



 

Dos puestos clave —en política exterior y de defensa— revelan la orientación militarista y antirrusa de la Unión Europea.

Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea —que funciona como el brazo ejecutivo de la Unión Europea— anunció su nuevo equipo de comisarios para los próximos cinco años.

La ministra de Asuntos Exteriores del bloque de 27 naciones será Kaja Kallas, una rusófoba acérrima y una firme defensora de Ucrania. Kallas ha pedido más financiación militar de la UE y la OTAN para Ucrania con el fin de “derrotar a Rusia” y desmembrar la Federación Rusa.

La ex primera ministra de Estonia ha encabezado el movimiento para destruir los monumentos del Ejército Rojo soviético en los estados bálticos (mientras que su marido [Arvo Hallik], un inversor, sigue beneficiándose de sus negocios con Rusia).

Trabajando en estrecha colaboración con Kallas estará otro rusófobo rabioso, el ex primer ministro lituano Andrius Kubilius, que ocupará un puesto de nueva creación en la UE como comisario de Defensa. La creación de ese puesto es una señal alarmante de cómo el bloque de la UE ha pasado de ser una unión comercial y política a una organización militar.

Pero lo que es aún más alarmante es la designación de un halcón antirruso como Kubilius para supervisar la política militar.

En un momento en que las relaciones entre la UE y Rusia se han vuelto tan cargadas de tensiones, el bloque europeo está dando a los políticos de los estados bálticos hostiles un asiento de conducción para empujar las relaciones aún más hacia el conflicto.

De hecho, el primer anuncio que hizo Kubilius como futuro nuevo comisario de defensa fue que la Unión Europea probablemente estaría en guerra con Rusia en los próximos seis a ocho años. Esa evaluación es compartida por Kaja Kallas.

Kubilius dijo que el único enfoque durante su mandato es aumentar el gasto militar de las naciones de la UE para impulsar a la OTAN y ayudar a Ucrania. Dijo que trabajará en estrecha colaboración con el jefe de política exterior Kallas para obtener fondos.

Lo que esto significa es que la Unión Europea está avanzando hacia la obligatoriedad de que los presupuestos nacionales asignen más a las adquisiciones militares. Eso es un gran avance por todas las peores razones. Según se informa, Kubilius aspira a un presupuesto de 500,000 md€ para los próximos cinco años destinados a la UE en el ámbito militar.

Ese aumento representaría aproximadamente la mitad del presupuesto total previsto de la UE.

Sus comentarios indican el propósito de la reorientación masiva de las finanzas: impulsar a la OTAN. Kubilius señaló que “la Unión Europea tiene instrumentos para obtener una mayor financiación, algo que la OTAN no tiene”.

Eso implica que, según su formulación y las directivas obligatorias de Bruselas, la UE obligará a los estados miembros a gastar más en el ámbito militar.

La OTAN y la UE tienen una membresía superpuesta, ya que 23 de los 27 miembros de la UE también forman parte de la alianza militar liderada por USA. Los miembros no pertenecientes a la OTAN son Austria, Chipre, Malta e Irlanda.

Se espera que los estados de la OTAN gasten un mínimo del 2% de su PIB en el ejército. Eso equivale a unos 380 mil mdd para los miembros europeos de la OTAN en 2024. Se trata de un aumento enorme en comparación con lo que gastaban estos miembros hace sólo unos años. Pero lo que los planificadores de la OTAN quieren es que se incremente cada vez más el gasto. El problema es fijar ese gasto.

El problema para los planificadores de la OTAN es que la cifra del 2% no es obligatoria. Está sujeta a la política nacional. Si bien la mayoría de los miembros de la OTAN están alcanzando ese objetivo actualmente, no hay garantía de que se mantenga. Los cambios en los gobiernos nacionales podrían hacer que el gasto vuelva a los niveles anteriores del 1-1.5% del PIB, como ocurría antes de que estallara la guerra por poderes en Ucrania en 2022.

Lo que más desean los halcones de la OTAN en la UE es fijar el gasto militar año tras año. La OTAN no tiene los medios legales para imponer ese compromiso como obligatorio a sus miembros, pero la UE puede hacerlo a través de sus poderes supranacionales, que se concretan en directivas centralizadas de Bruselas.

Los estados bálticos de Estonia, Lituania y Letonia han aumentado su gasto militar a casi al 3% del PIB cuando Kallas y Kubilius estaban en el cargo.

Además, Kubilius ha propuesto anteriormente que todos los miembros de la UE dediquen un extraordinario 0.25% adicional de su PIB a realizar donaciones militares obligatorias a Ucrania para "asegurar la victoria sobre Rusia", por un valor de 100,000 md€ al año.

Se trata de una transformación asombrosa de la Unión Europea. La organización tiene sus orígenes en la década de los 1950s como una federación comercial laxa de naciones de Europa occidental —principalmente Francia y la República Federal de Alemania— que proclamó que se habían aprendido las lecciones de la 2GM y que nunca se repetirían debido a los compromisos de buena vecindad y asociación comercial. En sus encarnaciones anteriores, el bloque europeo buscó relaciones amistosas con la Unión Soviética, principalmente con el comercio de energía como piedra angular de la cooperación.

Desde el supuesto fin de la Guerra Fría en 1991, la UE se ha expandido en línea con la expansión de la OTAN. Sus poderes se han vuelto cada vez más centralizados y usurpadores de la política nacional. Una característica sorprendente tanto de la OTAN como de la UE es el endurecimiento de la política rusófoba que ha venido acompañada de la influencia de los estados bálticos antirrusos [una chupaleta porque la UE tiene 448 mill de habs vs 6.09 mill de los 3 estados bálticos, es decir, éstos representan el 1.36% de la población de la UE, ¿e influyen decisivamente en la orientación de la UE? ¡Por favor! Y ni hablar de su poder económico]. Históricamente, estos estados fueron colaboradores virulentos de la Alemania nazi en su guerra genocida contra la Unión Soviética. Los estados bálticos todavía albergan a fascistas que veneran al Tercer Reich. De ahí la destrucción de monumentos de guerra de la era soviética y la rehabilitación de exhibiciones públicas que conmemoran a los colaboradores nazis. La guerra por delegación de la OTAN en Ucrania contra Rusia es la continuación de los designios imperialistas occidentales de subyugar el territorio ruso, que ya perseguía la Alemania nazi [otra chupaleta para tratar de apoyar la teoría de supervivencia del fascismo en uno de los lados que derrotó a la Alemania nazi y ante lo cuál cabe preguntarse ¿específicamente en que año pasaron de anti-fascistas a fascistas? Otra pregunta pertinente: ¿y esos fascistas no han podido descubrir quién dinamitó el NordStream y empinó nuevamente a Alemania?].

La Unión Europea ha subvertido sus anteriores ideales de pacifismo y cooperación para convertirse en parte de la maquinaria bélica de la OTAN [pero esa subversión no ha sido realizada por fascistas inventados, sino por la élite globalista, neoliberal, masónica y anti-cristiana que, por cierto, no está en los países bálticos sino en USA y el RU]. Fundamentalmente, lo que la UE aporta a la maquinaria bélica es una financiación legalizada y forzada, incluso para naciones que no forman parte de la OTAN.

A eso se suma que la UE está siendo dirigida por personas que babean por la guerra con Rusia: Von der Leyen, ex ministra de defensa alemana y descendiente de ideólogos nazis, es ayudada e instigada por Kaja Kallas y Andrius Kubilius, quienes no pueden pensar en Rusia sin fantasear con su “derrota”.

El espectro nazi [¡asústame!, panteón] resucita en la OTAN y su ala financiera, la UE.

 

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