jueves, 1 de octubre de 2020

Navalny debería pedir aumento de sueldo a sus patrones

 

Navalny Sacrificado como Parte de una Batalla Geopolítica Más Amplia

Por James O’Neill                                                                                     15-Sep-20

FUENTE: https://journal-neo.org/2020/09/15/navalny-sacrificed-as-part-of-a-wider-geopolitical-battle/

 

 

El texto [en rojo] NO viene en el original y fue agregado por el equipo de traducción. Igualmente lo destacado en amarillo, aparece como texto simple en el original.

Pocas historias de los últimos años ilustran más claramente el lamentable declive de los estándares de los medios occidentales [ese  declive de estánda- res probablemente data desde la 1GM; sólo que a partir del desmantelamiento de la URSS ya no cuidan mucho las apariencias] que la cobertura que se está dando actualmente a la enfermedad del político disidente ruso Alexei Navalny.

Navalny es, a lo más, un irritante menor para los políticos rusos en el poder. En las últimas elecciones obtuvo menos del 2% del voto popular. En la mayoría de los países occidentales, tal calificación en las encuestas apenas recibiría una mención, ya que se la clasifica junto con la amplia gama habitual de fanáticos de un solo tema, fanáticos religiosos y aquellos que disfrutan de un breve momento en el centro de atención. Ciertamente, un partido que a duras penas logra registro en el panorama electoral no recibiría la amplia cobertura que se le ha dado a Navalny [lo cual apunta a que dicha cobertura responde a motivaciones muy distintas].

Publicitar sus muchas aventuras y desventuras claramente sirve a un propósito político más amplio [y totalmente ajeno a él], en este caso dando lugar al tema propagandístico de que Vladimir Putin enfrenta una seria oposición. Un tema relacionado es que si dicho favorito occidental no gana ni siquiera una parte significativa de los votos, y mucho menos el poder político real, debe ser a causa de algún engaño político.

A lo largo de su carrera, el Sr. Navalny ha sido agredido físicamente en más de una ocasión, y de manera similar encarcelado en más de una ocasión por sus constantes infracciones de las leyes electorales o las leyes que rigen la realización de protestas políticas. Su arresto, por supuesto, no hace nada para disminuir su grito de persecución, o una amenaza para las autoridades establecidas y reclamos similares que están marcados por una ausencia total de realismo.

Nada de lo cual sirve para rebajarlo a los ojos de los principales medios occidentales. El último incidente que involucró a Navalny, que se enfermó en un vuelo a Moscú, ha dado lugar a una oleada de propaganda antirrusa en los medios occidentales, y ataques contra Putin en particular.

Perdido en la ráfaga de retórica de acusaciones descabelladas está todo lo relacionado con un análisis lógico de la secuencia de eventos. El señor Navalny, se nos dice, se enfermó en un vuelo después de beber una taza de té. Suponiendo por el momento que esto sea correcto, ¿consumió el té antes o durante el vuelo? Esa pregunta queda vagamente sin respuesta. Si fue antes del vuelo, ¿qué medidas se tomaron para investigar a quién preparó el té o se lo entregó? De nuevo, hay un espacio completamente en blanco.

El Sr. Navalny se enfermó lo suficiente durante el vuelo, lo que sugiere abrumadoramente que recibió la sustancia (si es que había una) a bordo. Una vez más, de quién y bajo qué circunstancias, permanece sin respuesta. El Novichok que ahora se alega que tiene la culpa es una sustancia de acción rápida y casi invariablemente fatal, sin embargo, sobrevivió [en realidad es el 3° que sobrevive, de un total de 3 supuestos “novichockeados”]. Los informes sugieren que estaba gritando en voz alta, no una reacción comúnmente asociada con tomar una dosis potencialmente fatal de una sustancia mortal [recuérdese que las 2 víctimas anteriores fueron encontradas inconscientes en un parque].

El avión se desvió de su ruta y realizó un aterrizaje de emergencia, tras lo cual el Sr. Navalny fue trasladado de urgencia al hospital, donde se realizaron denodados esfuerzos para salvar su vida. Nada de esto es consistente con un intento de asesinato patrocinado por el Estado.

El hospital ruso hizo grandes esfuerzos para salvarle la vida. Como parte del tratamiento, tomaron muestras de sangre, cuyas pruebas no revelaron evidencia de intoxicación tipo Novichok. El hospital conserva esas muestras de sangre, que son cruciales para comprender esta serie de eventos.

Luego, el Sr. Navalny fue trasladado en avión a un hospital de Berlín. Nuevamente, hay varias curiosidades. Lo transportaron en un vuelo no comercial aparentemente pagado por una organización hasta ahora desconocida. El costo habría sido sustancial, pero no sabemos quién lo pagó [Supuestamente lo pagó Jaka Bizilj, fundador de la ONG Cinema for Peace. Véase: https://www.dw.com/en/the-german-ngo-behind-alexei-navalnys-rescu e/a-54661016, artículo del 23-Ago-20. Sorprende la rapidez de la familia para conseguir quién asuma los gastos para trasladarlo a Berlín rentando un avión-hospital privado e internarlo en uno de los mejores hospitales de Alemania (según la nota antes citada, en el Berlin Charité han trabajado más de la mitad de los premios Nobel alemanes de medici- na y fisiología)].

Si el Sr. Navalny hubiera sido envenenado con una sustancia similar a Novichok, desafía completamente la lógica de que se le hubiera permitido volar a un hospital occidental donde tal envenenamiento hubiera sido fácilmente comprobable.

[desafía completamente la lógica que si lo hubieran querido asesinar utilizaran Novichok; desafía completamente la lógica que si usaron Novichock, un veneno supuestamente más letal que el Sarin, Navalny sobreviviera;

desafía completamente la lógica que si lo hubieran querido asesinar el avión hiciera un aterrizaje de emergencia para atenderlo y que los médicos le salvaran la vida. Demasia-dos desafíos a la lógica para admitir el intento de asesinato]

El hospital de Berlín ha anunciado ahora que detectaron una sustancia similar al Novichok (cuyos detalles son bastante vagos), en el Sr. Navalny. Hay una serie de posibilidades lógicas en respuesta a este anuncio.

La primera es que el equipo médico ruso era increíblemente incompetente y no descubrió la causa de la enfermedad de su paciente. Esto parece muy improbable. En segundo lugar, al Sr. Navalny se le administró la sustancia en el avión en ruta a Berlín (un viaje de cinco horas) o después de su llegada a Berlín. Si se acepta que los especialistas del hospital ruso eran competentes, entonces durante el vuelo o después de la llegada debe haber sido cuando se administró la sustancia. Esta opción supone que, de hecho, se detectó tal sustancia en el Sr. Navalny, una suposición lejos de ser cierta.

Esto plantea la cuestión de un motivo más amplio para el posible ataque al señor Navalny y, lo que es más importante, la propaganda utilizada a la que se ha sometido el incidente. Esto nos acerca a lo que probablemente sea el motivo real de la histeria que se genera contra Rusia como responsable de la enfermedad del señor Navalny.

El proyecto Nord Stream 2 está a punto de completarse y solo requiere unas pocas semanas antes de que se bombee petróleo y gas rusos a Alemania. No es ningún secreto que los estadounidenses se han opuesto amargamente a este proyecto, que han intimidado, engatusado, amenazado y sobornado a los alemanes y daneses (por cuyas aguas pasa el oleoducto) en un esfuerzo por cancelar el proyecto.

Sin sorpresa para nadie, los estadounidenses [del 1%, seguramente] quieren suministrar su combustible a Alemania. El hecho de que el costo de la alternativa estadounidense sea aproximadamente un 40% mayor que el del producto ruso es una razón poderosa para que los alemanes (y otros mercados europeos) prefieran la opción rusa. También existe un incentivo político para no depender de los proveedores estadounidenses. Es casi seguro que el precio aumentaría si USA se convirtiera en el proveedor de Europa, para inmensa desventaja competitiva de los usuarios europeos.

En el momento de redactar este informe, el acuerdo de Rusia con Alemania está en juego. La canciller alemana, Angela Merkel, antes insensible al acoso y las amenazas de USA, ahora parece ambivalente sobre el contrato ruso. Una cancelación alemana del contrato sería una gran victoria para Donald Trump y un consuelo para él por el fracaso del intento de golpe de estado en Bielorrusia [o sea, siempre sí se trató de un intento de USA].

Que una cancelación del contrato impondrá un costo enorme a los europeos es la menor de las preocupaciones de Trump. El coste económico será solo una parte de la carga para los europeos. Habrán demostrado una vez más que su independencia es una vergüenza [y/o una farsa]. El costo para Rusia también será sustancial, aunque han estado desarrollando alternativas al Este [antes del acuerdo gasístico con China, Rusia era tan dependiente del mercado europeo, como Europa era dependiente del abastecimiento ruso. A partir del 2014 y especialmente con la inauguración el 02-Dic-19 del gasoducto «Sila Sibiri» (Poder de Siberia), Rusia tiene en China un comprador alternativo aun más grande que Europa; y tanto Rusia como China, disponen de un gasoducto libre de amenazas, sanciones, chantajes y bloqueos, más que de terceros, del “de siempre”]  como parte de un realineamiento más amplio de los lazos económicos y políticos.

Quizás la principal lección que se pueda extraer de toda esta lamentable saga es que Rusia debe redoblar sus esfuerzos para crear alternativas al mercado europeo. Navalny es una ilustración de lo hábiles que pueden ser los individuos [Navalny no fue el hábil; él es un simple peón. Los hábiles han sido los globalistas] cuando quedan atrapados en el juego geopolítico mucho más amplio que juegan los [ciertos] estadounidenses [pertenecientes por cierto no al 1% sino al 0.01%. Si esta jugada de Navalny no resulta, todavía queda un atentado terrorista, islamista por supuesto, al gasoducto; después de todo, “uno nunca no sabe”].

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario